jueves, 11 de junio de 2009

Una cosa es tolerar a otro, comprender un punto de vista diferente del
nuestro propio y esforzarse por encontrar una armonía entre las fuerzas opuestas. Otra cosa muy diferente es ceder y traicionar nuestra propia verdad. Si miramos esto con atención, encontramos usualmente que estamos tratando de ganar algo, o bien la aprobación de otros. Si te sientes tentado, ten cuidado. La recompensa a este tipo de compromiso siempre dejan un sabor amargo en la boca.